INFORME SOBRE EL ESTADO DE LAS RAMBLAS EN LA COMARCA DEL CAMPO DE CARTAGENA.

ANSE present— a finales de 2000, un escrito a la Presidenta de la Comisi—n de Peticiones y Defensa del Ciudadano de la Asamblea Regional, como consecuencia de las pasadas riadas del mes de octubre, sobre el estado de las ramblas m‡s conflictivas de la Comarca de Cartagena. En este se solicita la intervenci—n de la Comisi—n de Peticiones para que se dirija a diferentes administraciones; Confederaci—n Hidrogr‡fica del Segura, Comunidad Aut—noma y Ayuntamientos, para establecer un grupo de trabajo que estudie los riesgos que se presentan en el entorno de las desembocaduras de las rambIas del litoral de la Regi—n.

Las riadas del pasado mes de octubre en diferentes puntos del litotal de la Regi—n debido a las lluvias torrenciales, y las consecuencias catastr—ficas tanto en pŽrdidas econ—micas como en vidas humanas, ponen de relieve la falta de una planificaci—n adecuada que delimite las zonas de riesgo en caso de riadas, y evite la construcci—n o ubicaci—n en las ‡reas de inundaci—n de numerosas ramblas de infraestructuras e instalaciones como camping e incluso urbanizaciones.

Adem‡s de denunciar nuevamente la vergonzante situaci—n de deterioro de buena parte de las ramblas del litoral, atestadas en la mayor’a de los casos por vertidos de escombros y basuras que reducen en muchos casos su anchura natural y que entorpecen el paso de las aguas, y recordar la falta de una pol’tica de polic’a hidr‡ulica que persiga y sancione de manera ejemplar a quienes invaden y deterioran el dominio pœblico, ANSE incide especialmente en la necesidad de llevar a cabo una pol’tica de prevenci—n a largo plazo que evite lo de siempre, es decir, que nos acordemos del problema. cuando sucede y nos olvidemos a los pocos meses, cuando no unos d’as m‡s tarde.

Resulta asombroso que aœn hoy numerosas urbanizaciones y camping se asienten, o se propongan, en las ‡reas de inundaci—n de muchas de nuestras ramblas. Ser’a imperdonable, y deber’a conducir a responsabilidades jur’dicas, que no aprendamos de Žstas œltimas lluvias para corregir los errores del pasado, y los evitemos en el futuro.

Los que a continuaci—n se enumeran son tan solo algunos de los lugares m‡s conflictivos de cuantos se localizan en la costa de Cartagena. ANSE entiende que las diferentes administraciones deber’an actuar con mucha mayor responsabilidad que la que han demostrado hasta ahora, y hacer cumplir la legislaci—n ambiental, que protege los cauces de dominio pœblico, y que podr’an evitar graves da–os en el futuro si se cumplen adecuadamente.

Desembocadura de la rambla de El Albuj—n.

El potencial de devastaci—n de esta rambla es sobradamente conocido como para seguir permitiendo la existencia en su desembocadura de un camping de gran capacidad. El desalojo del camping y de la urbanizaci—n lim’trofe, primero ilegal y luego legalizada por la Administraci—n, son suficiententente elocuentes del riesgo. El tramo comprendido entre el camping y Los Alc‡zares, inundado cada vez que se desborda la rambla, debe clasificarse como Paisaje Protegido, evitando cualquier urbanizaci—n en la zona.

Rambla de Benipila en su tramo final.

Aœn considerando que finalmente se ejecute el proyecto de canalizaci—n de la rambla de Benipila en las proximidades de la ciudad de Cartagena, la Asociaci—n considera que el excesivo desarrollo urban’stico del ‡rea comprendida entre Canteras y el Pol’gono de Santa Ana, y la manifiesta ausencia de infraestructuras de evacuaci—n de aguas pluviales crear‡ graves problemas de inundaciones en amplias zonas bajas.

La desaparici—n de grandes superficies de cultivo que antes reten’an el agua, y que ahora se encuentran cubiertas con urbanizaciones y carreteras en el entorno de Canteras, San JosŽ Obrero, San Ant—n, Los Dolores y Santa Ana aseguran la existencia en el futuro de inundaciones localizadas peri—dicas, con importantes da–os econ—micos. La ubicaci—n de un campamento festero permanente para las fiestas de cartagineses y romanos en las inmediaciones del estadio  Cartagonova es considerado por ANSE como una "temeridad". La Asociaci—n opina que toda el ‡rea de cultivos que se encuentran entre el centro comercial Carrefour la rambla de Benipila y el Barrio de La Concepci—n, debe calificarse c—mo Zona Verde, permitiendo solo la ubicaci—n en el ‡rea de un gran Parque Peri urbanio con extensas zonas arboladas con el menor enlosado posible.

El Portœs.

Tanto el camping naturista como numerosas viviendas prefabricadas se asientan directamente sobre el lecho de inundaci—n de la rambla de El Portœs. Hasta ahora, ningœn organismo parec’a haber detectado las graves consecuencias de una riada, tanto en pŽrdida de vidas humanas como materiales.

El espectacular impacto de la riada en el camping ha sido consecuencia del desbordamiento de la rambla, debido al salto de grandes volœmenes de agua sobre el muro de hormig—n situado en el œltimo meandro de la rambla, recuperando el discurrir natural que siempre ha tenido hacia Playa Morena en caso de lluvias torrenciales.

La separaci—n mediante un muro y vallado entre el camping y la playa, adem‡s de incumplir la Ley de Costas, pudo haber agravado los efectos de la riada si la fuerza del agua no la hubiera barrido por ambos extremos, arrastrando las caravanas hasta el mar.

El intento por parte del Ayuntamiento de Cartagena de proceder a la Modificaci—n del Plan General de Ordenaci—n Urbana, que se inici— en 1989 y que se encuentra actualmente paralizada, calificaba todo el lecho de inundaci—n como Zona Edificable. ANSE opina que si esto se aprobase finalmente, y volviera a repetirse una riada de estas caracter’sticas, m‡s de un responsable tŽcnico y pol’tico deber’an ir a la c‡rcel por los da–os que seguro volver‡n a producirse.

Desembocadura de rambla de La Bocaoria (La Azoh’a).

El Ayuntamiento de Cartagena declar— hace varios a–os como Suelo Urbanizable la pr‡ctica totalidad de la zona de inundaci—n de la desembocadura de la rambla, habiendo legalizado numerosas construcciones ilegales. En la misma se localizan dos peque–os camping.

Los vecinos de la zona recuerdan todav’a la espectacular riada de la rambla de La Bocaoria, que drena las abruptas monta–as del entorno de Cuestas del Cedacero y El Campillo, de mediados de siglo, y que arras— la zona provocando dos muertos.

Desembocadura de la rambla de Valdelentisco-El Moj—n (Isla Plana).

El Ayuntamiento de Cartagena, con el visto bueno de la Confederaci—n Hidrogr‡fica del Segura, ha aprobado la construcci—n de cinco edificios de 7 alturas en plena zona de avenida de la rambla de Valdelentisco, en una configuraci—n geogr‡fica similar a la de El Portœs.

  Adem‡s del indudable impacto ambiental y paisaj’stico negativos, esta urbanizaci—n podr‡ acarrear graves da–os econ—micos e incluso fis’cos en el futuro para sus compradores en caso de riada al localizarse en unos terrenos que deber’an ser considerados, en todo caso, como dominio pœblico hidr‡ulico.

 

La Asociaci—n opina que, al menos en las desembocaduras de las ramblas, resulta f‡cil estimar los riesgos de avenidas teniendo tan solo en cuenta los datos hist—ricos de inundaciones durante el siglo XX, ayudados de estudios sobre hidrolog’a, que permitir’an estimar con mucha fiabilidad los riesgos de avenidas, evitando la ocupaci—n de los mismos mediante construcciones o estructuras permanentes.

Consideramos que las consecuencias de las lluvias torrenciales del pasado mes de octubre constituyen una magn’fica oportunidad hist—rica para aprender de las consecuencias que conlleva no tener en cuenta la naturaleza y sus agentes. La conservaci—n de la naturaleza se demuestra, en este tipo de cat‡strofes m‡s que en ningœn otro caso, no como el capricho de unos pocos, sino como una necesidad para evitar desastrosas consecuencias sociales, econ—micas y de todo tipo.

ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE LAS RIADAS DE OCTUBRE DE 2000

 

 
 

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