MEMORIA RESUMEN DE LA ACTIVIDAD DE ANILLAMIENTO EN EL PARAJE DE LA CARRASCA. PARQUE REGIONAL DE SIERRA ESPU„A.

Actividad organizada por el grupo de Anillamiento de la Asociaci—n de Naturalistas del Sureste.


Entidades participantes:

-Asociaci—n para la Protecci—n, Estudio y Defensa de Sierra Espu–a (APEDSE)
-Programa de Voluntariado en Espacios Naturales Protegidos de la Regi—n de Murcia. Parque Regional de Sierra Espu–a.
-Delegaci—n Local en Alcantarilla de la Asociaci—n de Naturalistas del Sureste.

Autor: Miguel Angel Nœ–ez.
e-mail:manh@serconet.com.

PROTOCOLO DE TRABAJO


El planteamiento de esta actividad era generar informaci—n sobre los siguientes aspectos:

- Composici—n de la comunidad de aves passeriformes que hacen uso del bebedero de la Carrasca.
- Determinar el estatus de las diferentes especies que hacen acto de presencia en este lugar, segœn las diferentes posibilidades: invernantes, en paso prenupcial, nidificantes, juveniles, en paso postnupcial, sedentarios.
- Contrastar informaci—n sobre las estrategias de muda del plumaje de las poblaciones de esta zona, con la informaci—n disponible en diferentes publicaciones utilizadas habitualmente como referencia para el datado de edad y sexo de individuos analizados en vivo.

El proceso consta de dos partes esenciales: procedimiento de captura y estudio de las aves en mano.

Procedimiento de captura.

Se ha instalado en el entorno de la balsa de la Carrasca un conjunto de redes japonesas (redes verticales de nylon), para cuyo uso y tenencia se cuenta con autorizaci—n segœn el certificado de aptitud para el anillamiento y marcado de aves silvestres concedido por la Direcci—n General de Conservaci—n de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente (n¼ de anillador: 430039).

El conjunto de redes ha sido instalado de la siguiente manera:

- Bateria de dos redes de 18 m. lineales (en total 36 m. lineales) en el exterior y zona inferior y lateral del actual cercado del comedero de Arrui.
- Una red de 12 m. lineales entre la balsa y el cercado mencionado, en el interior de un pasillo entre la vegetaci—n arbustiva de Rosa sp. y Juncus sp.
- Ocasionalmente se ha instalado una red de 18 m. lineales en el interior del cercado del comedero de Arrui, que solo se ha mantenido durante 6 horas.

Una vez que las redes han estado "funcionando" las aves capturadas se han trasladado hasta la mesa de anillamiento directamente en la mano, o bien si eran varios individuos, en bolsas colectoras individuales de algod—n.

EL conjunto de redes se ha cerrado durante el medio d’a para evitar su funcionamiento durante posibles golpes de calor que pudieran causar molestias imprevistas en aves estresadas.


Estudio de las aves en mano.

Anillamiento. Se ha seguido la recomendaci—n del Centro de Migraci—n de Aves de la Sociedad Espa–ola de Ornitolog’a, para el uso de los diferentes modelos de anilla para cada especie. Cuando el ave ya estaba anillada se ha considerado recaptura si el anilla era de nuestra serie. Si el ave portaba un anilla que no correspond’a a las usadas por nosotros se ha considerado control, y en estos casos se han comunicado los datos obtenidos a la oficina de anillamiento del Ministerio de Medio Ambiente. . 

Determinaci—n de especie. Debido a las caracter’sticas de las especies objetivo son f‡cilmente diferenciables las especies que componen la comunidad estudiada. No obstante siempre se ha contado con bibliograf’a de consulta para aclarar este y otros aspectos.

Datado de edad. B‡sicamente se ha intentado diferenciar j—venes de adultos, pero en algunos casos ha sido posible precisar con m‡s detalle. La distinci—n entre unos y otros, es posible realizarla atendiendo a los criterios de estado de muda (segœn la estrategia de muda del plumaje de cada especie), coloraci—n del iris, medidas biomŽtricas y neumatizaci—n craneal (aunque este criterio no lo hemos utilizado por el momento). Se han aplicado los c—digos de edad propuestos por EURING. Este c—digo numŽrico est‡ basado en los a–os calendarios, de manera que el uno de enero todos los c—digos pasan a un nivel superior. Los nœmeros pares corresponden a edades inciertas ( tanto m‡s cuanto menor sea el c—digo) y los impares corresponden a edades exactas conocidas.

0 Edad desconocida
2 Ave desarrollada, capaz de volar, de edad incierta. No excluye el presente a–o.
4 Nacida antes del a–o actual, pero se desconoce el a–o.
6 Nacida antes del pasado a–o calendario, pero se desconoce en que a–o.
8 Nacida antes del antepasado a–o calendario, pero se desconoce el a–o.

1 Pollo. Ave incapaz de volar por s’ misma.
3 Ave de primer a–o. Nacida el presente a–o.
5 Ave de segundo a–o. Nacida el a–o anterior.
7 Ave en su tercer a–o.
9 Ave en su cuarto a–o.


Datado de sexo.

El datado de sexo se ha realizado atendiendo a tres criterios principales:

Dimorfismo sexual: Algunas especies presentan diferencias de plumaje entre ambos sexos, en el caso de los individuos adultos. Diferenciar j—venes que aœn no han realizado la primera muda completa, respecto a las hembras adultas, suele ser conflictivo, especialmente a principios de primavera. Aunque esto sea origen de error en el datado de algunas especies, se reduce utilizando la bibliograf’a de referencia para distinguir estos casos especiales. En el caso de adultos, la posibilidad de error es ’nfima, exceptuando las especies que no presentan un marcado dimorfismo.

Placa incubatriz: la desarrollan muchas aves para incubar mejor la puesta, lo que supone un importante cambio fisiol—gico, con la pŽrdida de plumas de parte de la superficie ventral y un aumento considerables de irrigaci—n sangu’nea en esa zona. La piel se engrosa y adquiere una apariencia muy arrugada. Generalmente la incubaci—n la realizan las hembras. Aunque en algunas especies el macho tambiŽn ayuda a la hembra en la incubaci—n, la placa que desarrollan los machos no est‡ tan desarrollada.

Protuberancia cloacal: la diferencia de la cloaca entre sexos, solamente durante la Žpoca de cr’a, es un criterio de referencia que se utiliza para apoyar otros criterios. Muy pocas veces se captura un adulto, especialmente los machos, con la cloaca lo suficientemente hinchada que indique el estado de celo. No obstante la diferencia se basa en que la cloaca de los machos es m‡s pronunciada que la de las hembras, y en algunos gŽneros est‡ rodeada de una corona de plumas que protegen la genitalia durante la c—pula.

Medidas biomŽtricas

Este apartado tiene una especial utilidad para diferenciar edad y sexo. El objetivo de esta toma de datos es obtener muestras representativas que nos permitan comparar las poblaciones de esta zona con las de otros lugares donde tambiŽn se estŽ realizando algœn seguimiento similar.

- Medici—n del ala. Se realiza la medici—n de la cuerda m‡xima para lo que se empela un regla con un tope al cero. Sin separar el ala del cuerpo, se dispone el ala encima de la regla y, con los dedos, se enderezan todas las plumas eliminando las curvaturas laterales y superficiales del ala.
- Medici—n de la tercera primaria. Esta medici—n se realiza para evitar sesgos derivados de la variabilidad entre anilladores. Se mide esta pluma porque es la m‡s larga en la mayor’a de los passeriformes, y por tanto la m‡s representativa del tama–o alar. Se utiliza una regla especial , con un clavo en el cero de un di‡metro de 1,4 mm.
- Medici—n del pico. Se utiliza un calibre con precisi—n de 0,05 mm. Esta medida es œtil en la distinci—n de sexos de Loxia curvirrostra. Adem‡s complementa la matriz de medidas de cada especie. La medida que se realiza es la longitud desde el cr‡neo.
- Medici—n del tarso. Junto con la medida del pico es una medida representativa del sistema —seo del ave. TambiŽn se utiliza el mismo calibre.
- Medici—n de la cola. Con una regla de pl‡stico flexible, se coloca entre las rectrices y las coberteras infracaudales.


Escribano montesino



RESULTADOS

Desde el a–o 1999 hemos realizado un total de 7 jornadas de muestreo. En la tabla 1 se muestra los resultados globales de estos muestreos.

Tabla 1. Resultados globales de anillamiento de aves en la Carrasca y participaci—n de voluntarios.

Fecha

Capturas

Recuperaciones

Participantes

18.09.99

14

 

9

19.09.99

12

5

9

26.03.00

23

3

10

14.10.00

11

1

15

15.10.00

16

3

15

17.03.01

39

5

10

18.03.01

24

8

10


Las fechas establecidas para el muestreo coinciden con las Žpocas de climatolog’a m‡s favorable: primavera y oto–o. En la columna recuperaciones se incluyen controles de aves anilladas por otro anillador, pero segœn parece han sido anilladas en esta misma zona. Comparando el volumen de capturas entre las fechas de primavera y oto–o resulta que es mayor la actividad durante primavera. Sin embargo, por comprobaci—n personal otra Žpoca en la que el bebedero de la Carrasca es intensamente visitado por las aves es en invierno, donde se concentran numerosas aves de especies invernantes como Zorzal charlo, Zorzal Alirrojo y Mirlo capiblanco. 

Los resultados obtenidos por especies, se representan en la tabla 2, ordenados segœn su estatus principal en la Regi—n de Murcia.

Tabla 2 . Resultados agrupados por especies

Familia.Especie

 

 

 

Turdidae

 

Aves anilladas

Estatus en la Regi—n de Murcia.

Phoenicurus phoenicurus

Colirrojo real

1

Migratorio

Phoenicurus ochruros

Colirrojo tiz—n

1

Sedentario. Invernante

Erithacus rubecula

Petirrojo

6

Invernante. Sedentario.

Sylvidae

 

 

 

Phylloscopus collybita

Mosquitero comœn

2

Invernante. Migratorio.

Muscicapidae

 

 

 

Ficedula hypoleuca

Papamoscas cerrojillo

2

Migratorio. Estival.

Paridae

 

 

 

Parus ater

Carbonero garrapinos

20

Sedentario

Parus caeruleus

Herrerillo comœn

1

Sedentario

Parus cristatus

Herrerillo capuchino

13

Sedentario

Parus major

Carbonero comœn

6

Sedentario

Fringillidae

 

 

 

Fringilla coelebs

Pinz—n vulgar

9

Sedentario

Loxia curvirrostra

Piquituerto

28

Sedentario

Carduelis chloris

Verder—n

4

Sedentario

Serinus serinus

Verdecillo

7

Sedentario

Emberizidae

 

 

 

Emberiza cirlus

Escribano sote–o

10

Sedentario

Emberiza cia

Escribano montesino

29

Sedentario

 

 

 

 

TOTAL

Especies:        15

139

 

Recapturas y controles

 

24

 

 

De la tabla 2 se desprenden dos conclusiones principales, la abundancia de las familias Paridae, Fringillidae y Embericidae, y la relativa escasez de las familias Turdidae y Sylvidae. Esto es debido a que las especies de estas tres familias pertenecen a los principales grupos de aves forestales: carboneros, herrerillos, escribanos, piquituertos, pinzones, etc... A su vez todas estas especies, que constituyen la mayor’a, tienen en comœn el presentar una dieta mixta de insectos y semillas, en mayor o menor grado, segœn la especies que se trate. Llama especialmente la atenci—n la ausencia absoluta de las diferentes especies de currucas que se pueden presentar en la vegetaci—n arbustiva de monta–a (especialmente Sylvia undata y S. melanocephala).

Piquituertos jóvenes

El an‡lisis global de la edad es un instrumento adecuado para analizar la supervivencia y el reemplazo de individuos. Sin embargo, no es posible por el momento, hacer un an‡lisis riguroso de este aspecto, pues lo m‡s acertado ser’a hacer este tipo de an‡lisis por a–os, y ello no es posible por el escaso nœmero de muestreos.




En el gr‡fico 1 se ha representado la proporci—n de edades del total de aves capturadas que se ha podido determinar. Si se agrupan las cuatro categor’as en las dos m‡s b‡sicas, es decir, los adultos (dos a–os o m‡s) constituye el 70 % y los j—venes ( 1 y 2 a–os) constituye el 28 %. 

En la tabla 3, se representa siguiendo el c—digo Euring, los resultados de las diferentes edades determinadas al anillar, en los que destacan la abundancia de j—venes de Piquituerto (Loxia curvirrostra) y Escribano montesino (Emberiza cia), que a la vez constituyen las especies dominantes del conjunto de la comunidad de aves passeriformes que utilizan el bebedero de la Carrasca. 

Tabla 3. Distribuci—n de edades por especies al anillar.

Especie

 

Edad 3

Edad 5

Edad 4

Edad 6

Carduelis chloris

4

 

 

4

 

Phoeincurus phoenicurus

1

1

 

 

 

Phoenicurus ochruros

1

 

 

1

 

Emberiza cia

29

6

3

11

7

Emberiza cirlus

10

 

1

5

1

Erithacus rubecula

6

1

2

2

1

Ficedula hypoleuca

2

1

 

 

1

Fringilla coelebs

9

1

2

5

 

Loxia curvirrostra

28

6

6

12

2

Parus ater

20

 

7

13

 

Parus caeruleus

1

 

1

 

 

Parus cristatus

13

 

1

8

3

Parus major

6

 

1

5

 

Phylloscopus collybita

2

 

 

2

 

Serinus serinus

7

 

 

7

 

TOTAL

139

16

24

75

15


En el gr‡fico 2 se representa la proporci—n entre sexos del total de aves adultas anilladas. Se observa una ligera diferencia de machos frente a hembras, lo que se interpreta como una mayor actividad de estos, no obstante, esta diferencia no es grande y pueda deberse a errores de determinaci—n en especies con escaso dimorfismo sexual. En la tabla inferior se presenta el nœmero de machos y hembras determinados en los tres a–os. Se comprueba que la mayor diferencia entre sexos se obtiene en el presente a–o, debido a que aœn no se ha realizado muestreo en oto–o. La gran abundancia de machos, especialmente p‡ridos y la escasez de hembras, se explica en la mayor actividad de estos fuera del nido. 


A–o 99

A–o 2000

A–o 2001

Machos

Hembras

Machos

Hembras

Machos

Hembras

9

8

22

18

31

18



En la tabla 4, se representa la distribuci—n de sexos por especies y se comprueba en las especies m‡s abundantes cierta similitud en cantidad de individuos, exceptuando el Carbonero garrapinos (Parus ater).


Tabla 4. Distribuci—n de sexos por especies al anillar

Especie

Machos

Hembras

Indeterminados

Carduelis chloris

2

2

 

Phoenicurus phoenicurus

1

 

 

Phoenicurus ochruros

1

 

 

Emberiza cia

14

9

1

Emberiza cirlus

2

4

2

Erithacus rubecula

2

 

Ficedula hypoleuca

1

 

 

Fringilla coelebs

3

5

 

Loxia curvirrostra

11

14

 

Parus ater

14

2

 

Parus caeruleus

1

 

Parus cristatus

3

2

6

Parus major

3

3

 

Phylloscopus collybita

 

2

Serinus serinus

3

4

 



En la tabla 5 se analiza el dimorfismo sexual de las dos especies principales de la comunidad. La determinaci—n de sexos de estas especies se realiz— por diferencias del plumaje, por lo que las medidas biomŽtricas obtenidas, constatan la diferenciaci—n realizada. Existe cierto grado de solapamiento en las medidas especialmente debido a la inclusi—n en el an‡lisis de machos j—venes.

Tabla 5. Diferenciaci—n morfol—gica entre sexos de las dos especies m‡s abundantes, a partir de las medidas de la tercera primaria

Emberiza cia. 3¼ P

Loxia curvirrostra. 3» P

 

Hembras

Machos

Hembras

Machos

Media

59,99

62,90

71,59

74,22

Desvest

1,37

2,78

2,02

1,40




RESULTADOS DEL MUESTREO DEL SABADO 17 Y DOMINGO 18 DE MARZO DE 2001

Con el fin de justificar la actividad de voluntariado de Espacios Naturales realizada en esta fecha, se presenta el resumen estad’stico de esas dos jornadas y el listado de voluntarios participantes.

Resumen estad’stico.

Especie

S‡bado 17

Domingo 18

Herrerillo capuchino

6

4

Carbonero garrapinos

12

5

Herrerillo comœn

1

 

Carbonero comœn

1

 

Piquituerto

6

10

Pinz—n vulgar

5

 

Verder—n

2

 

Verdecillo

1

 

Petirrojo

 

1

Escribano sote–o

2

1

Escribano montesino

3

2

 

C—digo Edad

N¼ individuos

4

6

5

17

6

36

Indeterminados (2)

3


Machos

31

Hembras

16

Con Placa Incubatriz

12

En gestaci—n

3

J—venes e indeterminados

13

Controles de aves anilladas por otro anillador

Anilla

Especie

Edad

Sexo

Fecha

Hora

AG7013

Parus ater

4

 

17.03.01

8,15

AG7001

Parus ater

4

 

17.03.01

8,35

2 778538

Emberiza cia

4

 

17.03.01

13,10

V035000

Loxia curvirrostra

6

M

18.03.01

8,30

AG7094

Parus cristatus

4

 

18.03.01

9,30

AG7033

Parus cristatus

4

 

18.03.01

9,30

AG7035

Parus ater

4

M

18.03.01

10,10

AG7016

Parus ater

5

 

18.03.01

10,10

AG7120

Parus ater

4

 

18.03.01

12,05



Respecto a esta œltima tabla cabe resaltar la alta proporci—n de aves anilladas por otro anillador que desconocemos. Por otra parte estos datos ser‡n enviados a la Oficina de anillamiento del Ministerio de medio Ambiente, para conocer el anillador y otros datos: lugar, fecha, medidas biomŽtricas, edad y sexo en el momento de anillar.


Participantes.

Wilmer A. Arias Ruiz; Emigdia Morote Garc’a; Leyla Constanza Rios; JosŽ Enrique Mart’nez Torrecillas; JosŽ Mar’a Candel Soto; Mari Carmen Valverde Esp’n; Ana Hern‡ndez Guirao; Miguel Angel Nœ–ez Herrero; Raquel Mart’n-Serrano Mata y Soledad Mart’n-Serrano Mata; Rom‡n Lorenzo Torrente; Antonio Aldeguer Montiel.


DISCUSION DE LOS RESULTADOS DEL SEGUIMIENTO DE AVES PASSERIFORMES DE LA CARRASCA. PROPUESTAS DE GESTION.



La comunidad de aves que utilizan el bebedero de la Carrasca, en Sierra Espu–a, est‡ compuesta mayoritarimente por p‡ridos (carboneros y herrerillos), fring’lidos (piquituertos y pinzones) y ember’zidos (escribano montesino y sote–o), existiendo ligeros cambios estacionales en el cambio de la comunidad. En invierno adem‡s de observarse las mismas especies aparecen otras nuevas con estatus invernante: Zorzal charlo, zorzal alirrojo, mirlo capiblanco, mosquitero comœn/ibŽrico, acentor comœn y alpino (ocasional). Adem‡s algunas especies observadas en este piso altitudinal de la sierra no han sido detectadas mediante anillamiento como es el caso del trepador azul y el agateador comœn. No parecen formar parte de la comunidad de aves estudiada las especies del gŽnero Sylvia (currucas), aunque por observaciones propias si son reproductores habituales en alturas inferiores (Sylvia cantillans y S. melanocephala) y en todos los pisos altitudinales de la sierra (Sylvia undata), que no han sido detectadas en el ‡rea de estudio ni mediante el anillamiento, ni mediante otras mŽtodos (escucha y observaci—n), lo mismo sucede con Aegithalus caudatus (Mito) que si bien es muy abundante en la zona, hasta el momento no ha sido anillado en el ‡rea ni observado en el bebedero.

El h‡bitat circundante del bebedero parece influir en las caracter’sticas del tipo de comunidad que hace uso de Žl. As’ el h‡bitat actual se caracteriza por:
- Ausencia de un estrato arbustivo que recorra el barranco desde el nacimiento hasta el interior de la masa forestal. Actualmente la œnica vegetaci—n son juncos y unos pocos rosales, en el interior del cercado existe un peque–o seto de zarzas. Por extensi—n y por composici—n espec’fica consideramos insuficiente este estrato para el uso por las aves. Es necesario crear un franja de vegetaci—n que incluya las siguientes especies: Rubus ulmifolius, Rosa canina, Crataegus monogina, Rhamnus alaternus y Viburnum tinus, que conecte la zona del nacimiento de agua, la balsa, el cercado y la masa forestal que se encuentra m‡s abajo. Esta franja debe dejar zonas despejadas de vegetaci—n en su interior y en estos claros debe existir agua de forma m‡s o menos permanente, adem‡s esta franja ha de estar convenientemente protegida mediante un cercado respecto a la presencia del Arrui.
- Vegetaci—n arb—rea de caducif—lios, especialmente el nogal y el serbal que est‡n en el interor del cercado, constituyen la principal v’a de entrada de las aves que utilizan el bebedero. Destaca la cantidad de hijuelos de olmo (ulmus minor) que es otro componente principal de la vegetaci—n, pero por la presi—n del arru’ no llega a desarrollar estrato arboreo de importancia. Como actividad de voluntariado, en octubre de 2000, se realiz— una plantaci—n m‡s o menos simb—lica de carrasca y quejigo principalmente, adem‡s se transplantaron varios pies de cerezo de los que crecen en las proximidades. La participaci—n del voluntariado es un factor de interŽs para realizar mejoras del h‡bitat en el ‡rea de la Carrasca y se pretende continuar con el apoyo de voluntariado realizando tareas que mejoren especialmente las condiciones del arbolado, as’ se pretende realizar las actividades siguientes: 
Protecci—n mediante cercado de los pies de olmo mejor desarrollados.
Podas de mantenimiento de los peque–os setos de olmos y retirada de ramas secas o afectadas por scolytus sp.
Riego de mantenimiento de la plantaci—n realizada en octubre de 2000.
En cuanto a investigaci—n, la principal conclusi—n que resulta del seguimiento realizado es que la escasez de muestreos realizados anualmente impide interpretar con m‡s rigor las caracter’sticas ecol—gicas de la ornitocenosis estudiada. As’, los aspectos principales que se podr’an concocer, son:

- La productividad anual de cada especie.
- Medir la tasa de recambio de la comunidad entre las cuatro estaciones del a–o.
- Localizar las zonas de reproducci—n m‡s proximas de cada especie.
- Establecer la fenolog’a de las especies migratorias, invernantes y estivales.

Debido a las limitaciones propias de esta actividad, que se piensa mantener con dos actividades anuales (primavera y oto–o) no es posible cubrir estos objetivos por el momento, sin embargo la situaci—n de este lugar, las circunstancias negativas de otros bebederos tradicionales de la sierra y la disponibilidad de la casa, hacen pensar en la potencialidad de la Carrasca para establecer una estaci—n ornitol—gica permanente, y su inclusi—n en los mecanismos de gesti—n m‡s apropiados (ZEPA y PRUG).

 
 

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